Diferencias entre contracciones de parto y Braxton Hicks

Contracciones Braxton Hicks en el embarazo

Las contracciones son como pequeños espasmos o retracciones de ese saco muscular nuestro que es el útero. Cuando éstas se dan en los primeros meses de embarazo, son percibidas por la madre al tocarse la barriga, como un endurecimiento del abdomen, acompañado de una fase de relajación. A estas contracciones se las conoce como Braxton Hicks.

Este tipo de contracciones aumentan en frecuencia e intensidad a partir del tercer trimestre, pero no serán nunca verdaderas contracciones que desencadenen el trabajo del parto de bebé. No son dolorosas pero sí pueden resultar molestas para muchas mamás. La clave es saber diferenciarlas de las verdaderas contracciones de parto… ¡y vas a saber cuándo estás de parto, eso te lo garantizamos!

Hacia el final de la gestación, rondando la semana 38, estas contracciones de Braxton Hicks se suelen volver más intensas, y en ocasiones rítmicas aunque no regulares. Estas contracciones son las conocidas como contracciones preparto o contracciones prodómicas, y juegan un papel fundamental para preparar el cuerpo para aquellos cambios físicos necesarios para el nacimiento del bebé.

Contracciones de parto y dilatación

La contracción del útero representa el motor del parto, porque desarrolla la función fisiológica de comenzar el trabajo de expulsión del bebé. Gracias a las contracciones uterinas, las fibras del músculo uterino se van estirando, pero el parto no se inicia hasta que no existe una dilatación de al menos 3 centímetros y tengas contracciones regulares cada 5 minutos durante más de una hora, mínimo.

La dilatación del cuello del útero es una señal que una embarazada no puede comprobar por sí misma. Esto es algo que podrá medir la matrona o ginecólogo. Para que se desencadene el trabajo del parto, el cuello debe haber alcanzado los 3 ó 4 centímetros de dilatación.